La demografía es el destino
José Manuel Silva Director de inversiones de LarrainVial Asset Management
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José Manuel Silva
“La demografía es el destino” es sin duda una clásica frase para el bronce, pero que contiene una gran verdad. Pocas tendencias son más proyectables en el tiempo que las demográficas. De no mediar catástrofes humanitarias (que en los últimos 100 años sólo han sido originadas por guerras o el socialismo real), la tasa de crecimiento de la población de un país se va modificando para arriba o abajo con cierta lentitud, por lo que dada una población de partida, unos supuestos realistas de tasas de fecundidad y mortalidad, se puede extrapolar un punto de llegada de la primera cifra con un buen rango de predictibilidad.
Considerando lo anterior, es interesante revisar las principales conclusiones que se desprenden del informe de Naciones Unidas sobre el tema. Lo primero a señalar es que, por vez primera en la era moderna, la población global dejará de crecer fines de este siglo, alcanzando la cifra de 11 mil millones de habitantes (7.800 millones hoy), pero con un crecimiento anual para esa fecha de sólo 0,1 %. Ello debido a la brusca caída en la tasa de fertilidad, acercándonos rápidamente al 2,1 que es la tasa de reemplazo poblacional (por debajo, la población cae en el tiempo). En 2100 se estima que la tasa de fertilidad será de 1,9.
A raíz de la caída en los nacimientos y del aumento de la longevidad, la edad media de la población mundial pasará de 31 años hoy en día a 42 años en 2100. Entre 2020 y 2100, el número de personas mayores de 80 años pasaría de 146 millones a 881 millones. A partir de 2073 habrá más personas mayores de 65 que menores de 15. Les regalo los sistemas de reparto de pensiones para esa fecha. El mundo se dividirá entre aquellos países que tengan pensiones financiadas con ahorros previos y los demás (que tendrán que vender la platería de familia para vivir).
África es el único continente que seguirá mostrando un fuerte crecimiento demográfico. Su población pasará de 1.300 millones a 4.300 millones, casi equiparándose con Asia. Esta tendrá un peak poblacional de 5.300 millones cerca de 2050, para luego caer a 4.700 millones en 2100, siendo China el principal causante de la baja. De esta manera, se modificará dramáticamente el ranking de los países más poblados del mundo, que en 2100 serán India (1.450 millones); China (1.065); Nigeria (733); Estados Unidos (434) y Pakistán (403). Rusia, Japón Alemania ya no aparecerán entre los 10 primeros, pero sí el Congo (362), Indonesia (321) y Etiopía (294).
En América viviremos dos tipos de realidades. Estados Unidos crecerá fundamentalmente por la inmigración, algo que se refuerza en Canadá. En América Latina y el Caribe la mitad de los países perderán población. En este sentido, si Chile no quiere pasar a ser una total irrelevancia demográfica, deberá seguir abriéndose a la inmigración. Increíblemente, se estima que nuestra región tendrá la población más vieja del mundo para 2100. Habremos perdido nuestra juventud y nuestro bono demográfico, y el 31% de la población tendrá más de 65 años.
Una de las sorpresas de estas proyecciones es el cambio en la llamada tasa de dependencia, la razón entre la población mayor de 65 y los que tienen entre 20 y 64 años. Así, Chile tiene 15,5 hoy y pasará a 71,8 en 2100. Casi habrá tantos jubilados como activos. Curiosamente, países como Estados Unidos, Canadá o Suiza, tendrán un mejor guarismo que Chile gracias a la inmigración.
En resumen, sigamos recibiendo inteligentemente inmigrantes, no se nos ocurra cambiar el sistema de AFP y tratemos de incentivar un alza en la tasa de natalidad. De lo contrario seremos pocos, viejos y pobres…